Buenos días, buenas tardes, buenas noches, según donde estén y cuándo lo estén leyendo. Esta entrada no tiene que ver con libros, quiero hablar de algo que sé que muchas personas están pasando, que han pasado o que conocen a alguien que lo han sufrido. Hay miles y miles de páginas y artículos y videos que tratan este tema y dudo que yo aporte algo nuevo a la mesa, pero me siento con la necesidad de escribir algo sobre esto desde hace un tiempo.
No sé cómo abordarlo, creo que simplemente lo haré: vivimos en una era donde la gran mayoría de las personas desde once hasta los veinte y tantos años de edad se sienten que no son lo suficientemente buenos. Todos y cada uno de nosotros lo hemos vivido, unos a mayor escala, otros por más tiempo, pero así sea una sola vez y por sólo dos minutos esa horrible sensación de no alcanzar tus expectativas o las que los demás tienen puestas en ti, la hemos sufrido.
Pueden decir que ahora los adolescentes son más susceptibles, más llorones y más débiles, pero éste mundo se ha vuelto cada vez más perfeccionista, cada cosa que decimos, cada acción que realizamos, cada decisión que tomamos, la tenemos que tomar con mucha precisión porque es probable que hay alguien que note ese error y te juzgue por ello. Cada vez es un mundo más competitivo, todo es una carrera para quien hace las cosas más rápido, más grande, más llamativo, para ver quien lo hace "mejor". Es más probable que nos reconozcan un aspecto negativo que uno positivo.
Como dije, hay miles de millones de otros artículos sobre el tema que podríamos leer, cómo confiar más en nosotros mismos, como ser menos duros y exigentes, como evitar el burnout, como eventualmente "todo mejora". Honestamente, el 85% de los que he leído no los he sentido. No siento que sepan la gravedad de la situación, no siento que lo tomen en cuenta como algo que es serio, no siento que lo comprendan y tampoco creo que quieran ayudar de verdad en la mayoría de los casos, sólo quieren aparentar que ayudan, prefieren decir una mentira bonita y agradable en vez de decir la realidad.
¿Qué cosas nos hacen sentir mal sobre nosotros mismos?
Si te pregunto qué es lo que no te gusta de tu cuerpo es probable que me digas una lista de más de 5 cosas diferentes que te gustaría cambiar sobre él, está bien no sentirse cómodo dentro de nuestra propia piel, suele pasar, y todos nos hemos visto en un espejo alguna vez y hemos querido cambiar algo, o vemos a una celebridad y nos gustaría ser tan atractivos como ellos.
Está bien, es normal, si me dijeses que crees que eres 100% perfecto, me preocuparía por ti, de hecho. Todos tenemos cosas que no nos gustan de nosotros, pero no podemos permitir que eso defina quien somos. Somos nuestras acciones y decisiones, no un reflejo en un espejo.
No voy a decirles que el físico no importa y que lo más importante es lo que está dentro de nosotros, porque no voy a caerles a mentiras, queramos o no, las apariencias importan, hasta cierto punto, pero importan. La primera impresión que haces al conocer a una persona o al hacer una entrevista es tomada en cuenta y hay personas que lo único que podrán saber de ti es como luces y de ahí sacaran sus propias conclusiones de cómo eres.
Ahora, ser atractivo tampoco lo es todo, puede que te abra un par de puertas, pero eres tú como persona con tus cualidades y dedicación quien las mantiene abiertas, es la que te abre el resto de ellas, no una cara bonita y cuerpo perfecto. Tener un par de kilos de más no te prohibirá entrar en una universidad, ni tampoco te previene de estudiar, de alcanzar tus metas, ni de tener un trabajo bien remunerado. Y su contraparte, ser lindo no hace que todas esas cosas pasen tampoco.
Además quiero recordarles algo que no solemos decir muy a menudo con sinceridad: La belleza es un termino relativo y en constante cambio. En el siglo XVIII, estar gordo era lo más atractivo que podría haber en el mundo porque significaba que comías, sinónimo de riqueza.
"Yo diría que hay, por lo menos, dos diferentes definiciones de lo que es atractivo. Está la definición humana normal que es ese individuo se ve apropiado para la reproducción. Y luego está la extraña definición culturalmente construida de lo que es atractivo, que es un individuo malnutrido y probablemente con bolsas de plástico insertadas en sus pechos. Los chicos de ahora puede que los consideren atractivo pero no creo que haya nada intrínsecamente atractivo en eso. Si fueses al siglo XVIII y le preguntases a un chico de quince años si le gustaría casarse con una mujer que tiene bolsas de plastico insertadas innecesariamente en sus pechos, ese chico de quince años probablemente te diría: ¿Qué es plástico?" - John Green.
Sin ir muy lejos hasta hace un par de años, no más de una década, ser pelirrojo en Reino Unido era horriblemente visto, eras raro y juzgado por ello, ahora es considerado bastante atractivo por gran parte de la población mundial. ¿Todos pelirrojos se volvieron más atractivos en 10 años? No, el concepto de belleza cambió, ¿y quién quita que en un par de años más el concepto de belleza vuelva a cambiar?
Nuestro cuerpo no es más que eso que utilizamos para poder realizar las acciones que nos definen, es el medio para alcanzar un fin, pero no es un fin como tal.
Y si lo que temes es no ser lo suficientemente inteligente, o lo suficientemente creativo o simplemente no lo suficientemente bueno en absoluto. Si crees que hay muchas personas mejor que tú o que no alcanzarás lo que quieres o lo que sea, es un tema un poco diferente.
Siempre, pero siempre, habrán personas mejores que tú, no podemos luchar por un simple "#1", pero también hay muchas personas peor que nosotros, cuando tienes en mente que esta vida que tenemos no fue hecha para alcanzar la perfección o para estar puesto sobre un pedestal que diga "el mejor estudiante" o "el mejor hijo de la historia", empezamos a aceptar qué y quienes somos.
Conócete, define tus debilidades y tus cualidades, desarrolla éstas últimas e intenta mejorar o cambiar eso que no te sale tan bien, y lo que no puedes cambiar, ignóralo, porque no hay punto en sentirte mal por algo que no puedes cambiar. No te pongas límites, no te compares, no te cierres, ten una perspectiva abierta del mundo. No estamos en este mundo para ser el mejor de todos, estamos aquí para ser la mejor versión de nosotros mismos.
"Si no te gusta algo, cámbialo. Si no lo cambias, cambia tu actitud. No te quejes" - Maya Angelou
Hay tantas cosas que tomamos por sentado. Cuando no me siento lo suficientemente inteligente me obligo a recordar la maravilla que es la conciencia humana. Es sorprendente cómo podemos movernos de un lado a otro con sólo desearlo, cómo hilamos nuestras ideas, cómo podemos aprender a hacer lo que sea, el simple hecho de poder ver las cosas, cómo nuestros ojos no son más que pequeñas cámaras y es nuestro cerebro quien procesa las imágenes, o de escuchar o la rapidez de nuestros reflejos. Cuando las pequeñas cosas de tu vida te empiezan a maravillar tienes más razones para sentirte feliz.
"Sólo hay dos maneras de vivir tu vida. Una es como si nada es un milagro. La otra es vivir como si todo es un milagro." - Albert Einstein
Depresión: ¿cómo salir de ella o cómo entenderla?
Antes de empezar quiero que la depresión clínica es una enfermedad mental, no es un chiste, no es una manera de llamar la atención, no es un "hoy me siento un poco triste y lloré sin razón alguna", creo que definir a la depresión de una manera precisa y que todos la acaten es prácticamente imposible, si deseas continar leyendo por favor hazlo con seriedad y ten en mente que esto es más personal y menos general que el resto de la entrada.
Algo que pocas personas conocen de mí es que he estado luchando con una depresión intermitente por un poco más de cuatro años, y para los escépticos por ahí que no creen que alguien "tan joven" podría sufrir de depresión, no es autodiagnosticada.
"Para explicar la depresión usaré una pequeña metáfora: estás caminando en un bosque, estás solo, no hay nadie cerca, y de repente, bang, caes en una zanja que no estaba marcada, caes en ésta zanja de 60 pies, te rompes la pierna y una piedra pesada cae sobre ella, no te puedes mover y tu pierna está rota, estás sufriendo y lo único que puedes ver es una pequeña luz 60 pies sobre ti que no puedes alcanzar, no hay escalera que subir, así que estás atrapado en esta zanja solo. Eso es la depresión. A partir de aquí tienes dos opciones, puedes: 1. esperar que tu pierna rota se sane a sí misma mientras sufres, empujar la roca y escalar la zanja con tus manos o 2. puedes gritar tan fuerte y por tanto tiempo hasta que alguien pase por ahí y te ayude y te da una cuerda para que puedas subir." - Emma Blackery
La segunda opción es la más fácil en términos de eficiencia, pero la realidad es otra. Sé lo difícil que es hablar de esto, puede que sientas que no tengas a nadie a quien se lo puedas confiar o, como en mi caso, sí lo tienes, pero no quieres hacerlo. Pasé tres años sin decirle nada a nadie, tenía miedo a la reacción de mis padres porque podrían no tomarme en serio, o peor, podrían sentirse culpables por mi infelicidad, temía poder contarles a mis amigos porque no quería que sintieran lástima por mí o que me tratasen diferente por eso o que también se sintiesen culpables por no hacerme feliz, temía hablar con algún profesor o con el orientador por miedo de que le contaran a mis padres. Y pasar por eso, sola, es definitivamente mucho más difícil.
Yo tomé las dos opciones. Primero esperé sanarme a mí misma, y honestamente, lo logré (parcialmente, pero mejoré), estuve meses sin ataques de ansiedad, sin falta de apetito ni insomnio, y más importante, sin sentirme mal de mí misma. Luego algo salió mal, muy mal, y recaí, y en esta recaída se enteraron algunos de mis familiares y mis compañeros pudieron presenciarlo, pero sólo los que supieron sumar dos más dos, se dieron cuenta de lo que me pasaba.
No les mentiré y les digo que lo que temía, pasó. La gente me tenía lástima y me trataban diferente, como si fuese de cristal y pudiese romperme por cualquier nimiedad, temían decirme cualquier cosa por miedo a "empeorarme", mis amigas se sentían mal y me intentaban ayudar, mis padres se sentían culpables, mis profesores me prometían el mundo y eso no era lo que quería. Mi intención era sentirme normal y me hacían resaltar por una condición por la que pasé. Así que mejoré en eso de aparentar y mentir y la gente eventualmente lo olvidó y hasta día de hoy piensan que mejoré o que me curé o que simplemente fue una fase y ya.
Pero callarse duele, te destruye, te come por dentro, y cada día cuesta aún más que el anterior, vives en una paranoia constante de encubrir todo para que nadie se entere, y no es que las personas tengan malas intenciones porque es todo lo contrario, es simplemente que no saben como tratar con ello. Y si un día normal cuesta estar callado, los días fuertes son imposibles.
Estaba descontrolándome, temblando, sin poder respirar bien, y estaba empezando a llorar en clases, no podía permitir que la gente cambiase de nuevo, así que tomé una decisión que pensé que nunca tomaría: fui a hablar con el consejero.
"Cuando una puerta de felicidad se cierra, otra se abre; pero a menudo vemos por tanto tiempo la puerta cerrada que no vemos la que ha sido abierta para nosotros." - Helen Keller
Aquí es donde abro el punto, si te sientes mal y no quieres contarle a nadie por lo que estás pasando, ve al consejero de tu colegio, ellos legalmente no pueden hablar de tus problemas con otras personas sin tu consentimiento, y subestimamos lo que puede hacer unos veinte minutos de poder hablar y poder llorar frente a una persona sin censura alguna. No te cura mágicamente, no despiertas al otro día amando la vida, pero sí te ayuda, te da consejos para mejorar, cosas que puedes y deberías hacer para sentirte mejor, y como mi consejero siempre me dice: "La carga pesa menos cuando es compartida" y no podría estar más de acuerdo con él.
La depresión te llena de tristeza, rabia y dolor, y retenerla dentro de ti sólo ayuda a que trates a todo el mundo así. No hablar te vuelve irritable y susceptible, tienes que dejarlo ir de una manera en que no afectes negativamente a nadie y no hagas o digas algo que probablemente después te arrepentirás de ello.
El otro consejo que les puedo dar que me ayudó muchísimo a salirme de esa zanja por mí misma es: ser egoísta.
Suena súper mal y de mal gusto y todo, pero hace completamente la diferencia. Solía ser demasiado abnegada, ponía a todos por encima de mí, dejaba a un lado lo que yo tenía que hacer para hacer lo que otras personas tenían que hacer. Jamás decía que no. Hasta que un amigo se fijó de eso y me "enseñó" (u obligó) a decir que no. Cada vez que alguien me pedía algo y él estaba ahí, decía "no" por mí, y aunque en su momento se me hizo molesto y estúpido, pero a día de hoy estoy eternamente agradecida por lo que hizo por mí, estoy segura que ni él mismo esperaba que fuese tan importante.
No puedes poner la vida de los demás sobre la tuya, céntrate en lo que necesitas tú, lo que tú quieres, porque, ¿sabes algo?, porque es probable que nadie ponga tu vida sobre la de ellos mismo, ¿por qué deberías tú? Y no te aferres a lo malo, sé que es más fácil decirlo que hacerlo, pero si realmente quieres salir de esa zanja, DESECHA TODO LO DAÑINO y sobre todo DEFIÉNDETE.
Si una actividad extracurricular te está poniendo bajo mucho estrés, abandónala; si tus amigos te insultan, ignoran, te tratan mal o quizá no es que sean malas personas sino que no encajan realmente, déjalos; si un profesor te falta el respeto, levanta tu voz en protesta.
Una de mis "peores hábitos" es que soy muy mala contesta, en el sentido de que si me llegas a hablar mal, yo te hablaré mal. No dejo que la gente me pisotee, que me insulten, que me menosprecien, no-o, siempre intento tener la última palabra, porque todos necesitamos a alguien que nos defienda y a falta de un tercero, bueno, me tengo que defender yo misma, tengo que alzar mi voz en protesta, tengo que arriesgarme a la posibilidad de un reclamo o de un problema "mayor", porque me niego a permitir que la gente se acostumbre a pisotearme, o que me vuelva a acostumbrar a dejarme pisotear.
"Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento" - Eleanor Roosevelt.
Y para no extenderme más de la cuenta, y ya para concluir quiero decirles que no importa quien seas, si me conoces o no, siempre intentaré ser un apoyo y consejera si me necesitan y sienten que no pueden contárselo a nadie que conozcan; acá estoy yo, para eso. Puedes escribirme al email: paolagabriellasolari@gmail.com
Pronto escribiré otra entrada de este tipo, quiero que el blog sea uno literario-personal. Para la próxima entrada hablaré del perfeccionismo y el síndrome del burnout.